
En el corazón del ensanche Isabelita, específicamente al fondo de la calle 12, se ha tejido un manto de silencio que envuelve las actividades de grupos delincuenciales conformado por menores. Una atmósfera cargada de temor y desconfianza ha permeado el barrio, donde los residentes evitan hablar abiertamente sobre las actividades de estos grupos por miedo a represalias y otras razones.
Entre los rumores que circulan en la comunidad, se encuentra la presunta participación, junto a dominicanos, de jóvenes haitianos en estas actividades delictivas.
Aunque es difícil confirmar esta información, debido a la falta de evidencia concreta, la presencia de una gran cantidad de haitianos en el área ha generado especulaciones sobre su posible implicación. Sin embargo, esta situación solo agrega más incertidumbre a la ya tensa atmósfera del vecindario, donde al preguntar en cada esquina nadie habla y los que hablan dicen que “solo andan de paso” por la calle.