
Todavía la vía de acceso hasta sus instalaciones sigue exponiendo el deterioro de una obra que, por necesaria y cara, debería ser cuidada en extremo. Pero el Centro de Corrección y Rehabilitación CCR-Las Parras, ubicado en el municipio Guerra, empieza, lentamente, a salir del abandono en el que lo dejó un proceso de investigación que obligó a detener cualquier intervención necesaria para su puesta en operación.
Por la maltrecha vía de acceso se observa de vez en cuando algún vehículo pesado que anuncia trabajos en el lugar, y a un extremo se ve un letrero que expone el nombre del Ministerio de la Vivienda, Hábitat y Edificación (Mived) junto al del Consorcio Trifolis, al que contrató para terminar la primera fase de construcción del penal.
El acceso a las instalaciones de Las Parras es restringido. Guardias apostados en una caseta que ya deja ver los hierros oxidados por la falta de mantenimiento, se encargan de recordarle a los periodistas que no se puede pasar ni tomar imágenes sin una autorización. Dicho permiso tampoco es posible por temas de seguridad, dijeron en el Mived.